PRÉSTAMOS HIPOTECARIOS SUBPRIME
Préstamos hipotecarios concedidos a clientes sin contrato laboral o con contratos de no larga duración. Éstos no pueden acceder al mercado hipotecario normal (llamado prime). Estos clientes tildados como de pagadores dudosos abonan un tipo de interés mucho más elevado que el del mercado. La aparición de nuevos vehículos de deuda, como los CDOs, llevó a los bancos a aumentar el crédito a este colectivo y a crear filiales especializadas en este segmento, cobrando las comisiones por volumen de concesión, y sacando fuera de balance el grueso del riesgo, repartiéndolo en el mercado.En EEUU los préstamos subprime hipotecarios representaron el 15% del total de los préstamos hipotecarios. Pero el problema estuvo en que las entidades financieras habían lanzado activos financieros que estaban respaldados por los ingresos provinientes de esas cuotas hipotecarias que iba pagando la gente. Cuando la morosidad se disparó, llegó el problema. Esos activos financieros, esos títulos, se quedaron sin su respaldo y perdieron valor. Los emisores de esos activos basados en hipotecas de alto riesgo mezclaron esos títulos con otros de mayor calidad y las agencias de calificación no pudieron distinguir a tiempo los de calidad de los basura. Los títulos basura se expandieron por todo el sistema financiero y especialmente entre los bancos.
El auge de la vivienda ha dado pie a toda una ingeniería financiera con productos que parecían infalibles.Los prestamistas hicieron paquetes de hipotecas que vendieron a los bancos, que a su vez los transformaron en vehículos aptos para invertir: las titulizaciones. Con estos productos las entidades hacen una estimación de todos los cobros que recibirían de las cuotas mensuales y de las de amortización del préstamo y venden unos títulos que dan el derecho de cobrar estos pagos. De esta forma se financian y eliminan parte del riesgo de impago. Pero todavía hubo un paso más allá. Los grandes bróker se hicieron con estos derechos de cobro y crearon otros productos derivados -llamados CDOs- en los que mezclan préstamos con mayor riesgo de impago con otros más seguros para mejorar así el perfil de riesgo de los menos inseguros. Toda esta sofisticación hizo olvidar a los inversores que al final están invirtiendo indirectamente en vivienda.
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