Se puede reclamar contra cualquier actuación de una entidad financiera por la que el usuario se sienta perjudicado, incluyendo las quejas por mal funcionamiento, demoras o falta de atención de las entidades.
Los organismos supervisores del sistema financiero español son el Banco de España, la Comisión Nacional del Mercado de Valores y el Fondo de Pensiones y a cualquiera de ellos se pueden dirigir las reclamaciones.